lunes, 5 de noviembre de 2007

Políticos y ovejas

Si hay algo que no me gusta en las personas es que sean ovejiles, es decir que digan y piensen lo que les han dicho que tienen que decir y que pensar. Y con los políticos me ocurre lo mismo. Me gustan los políticos que dicen lo que piensan ELLOS, no lo que el aparato del partido les dice que tienen que decir. Pero de estos hay pocos y cada vez menos. Un ejemplo es Pascual Maragall. No es que esté de acuerdo con lo que hizo o con lo que no hizo cuando estuvo de President, pero al menos es persona. Cuando dice algo sabes que lo dice él, no su partido. Otro político que me parece persona es Alberto Ruiz-Gallardón, no parece un maniquí.

Esto sale a colación por la polvareda que se ha montado por la carta publicada en 'El Periódico de Cataluña' por la militante del PP catalán Montserrat Nebrera. La respuesta del presidente del partido en Cataluña, Daniel Sirera, me parece penosa. Según 'La Vanguardia', Sirera advirtió a la diputada que "no es aceptable" que haga públicas sus opiniones a través de la prensa, sin informarle y al margen de las estructuras del partido. Otras frases de la declaración de Sirera tampoco dejan lugar a dudas, se puede pensar lo que se quiera, pero no decirlo: "Tengo intención de hablar con ella, como he hecho ya en otras ocasiones, para reiterarle que cualquier opinión en este partido es legítima pero que existen los cauces apropiados para hacerlo dentro de las estructuras del partido", el PP de Catalunya "comparte al 100% las declaraciones que hizo el presidente nacional del partido, Mariano Rajoy", en las cuales indicó que apoyaría cualquier otra investigación que pudiera plantearse en torno a la autoría intelectual de los atentados del 11-M, afirmó también que "cualquier opinión que no vaya en esta línea, no es una opinión compartida por el PP de Catalunya". ¿Cómo se puede compartir al 100% las opiniones de otra persona? ¿Puede funcionar bien una democracia con partidos políticos que funcionan como sectas?

Un saludo a Monserrat, que siga diciendo lo que piensa. Aquí reproduzco la terrible carta de la diputada:


FUENTE: El Periódico de Cataluña - 2/11/2007
MONTSERRAT NEBRERA (DIPUTADA DEL PP POR BARCELONA EN EL PARLAMENT) : "Querido Mariano: creo que la puerta que nos une con algún pasado debe cerrarse...". No es esta la primera carta que te escribo, y sé que, como en todas, esa capacidad tuya de escuchar con atención a las personas, sus preocupaciones y sus propuestas, sabrá destilar entre lo que con la mejor intención te diga aquello que buenamente sirva a nuestro común objetivo: que otro tipo de Gobierno se instale en la Moncloa a partir del próximo mes de marzo, que sea posible una esperanza para la política o, lo que es lo mismo, una esperanza para la gente de bien, que es la inmensa mayoría.He comprobado estos días tu caminar por el delgado filo de la navaja que separa los dos mundos cernidos sobre los sucesos del 11 de marzo del 2004, de los días que lo siguieron, del intento de restañar las heridas causadas en tantos por las muertes traumá-ticas, de la desértica travesía que para el PP han sido estos años de imprevista oposición. Te honra la fidelidad a las personas, pero tu cometido es el de gobernar España y creo que debes ser consciente de que hoy es uno de esos días que deciden el futuro. En tu mano está decir lo que a partir de ahora hay que hacer para ganar estas próximas elecciones. Si me permites una opinión interesada (interesada en la victoria) creo que la puerta que nos une con algún pasado debe cerrarse (¿no hemos dicho eso de la memoria histórica?) y que tu centro de gravedad debe ser una firme posición respecto de pocas cosas.Es útil recordarle a la gente qué han descerrajado los adversarios políticos, lo que no han hecho cuando pudieron, y lo que ya no deben prometer ahora, porque nadie les va a creer. Pero más importante es decir de forma transparente lo que estamos dispuestos a hacer y lo que en ningún caso haremos para gobernar. Hay ya demasiadas personas esperando que la política y sus protagonistas sean auténticos, que su único precio sea el honor, que desmonten el eterno tinglado de estos años, que conquisten con su gesto a los militantes del único partido que crece, el de la abstención. Suelta el lastre y abraza definitivamente la sociedad abierta que delegará en ti su poder. Nadie parece confiar en ella, pero son los liberal-conservadores los que tenemos la responsabilidad de hacerlo.Un ejemplo capital: no tienes nada que perder (repito, nada) si aseguras a quienes te escuchan que bajo ningún concepto gobernarás con un partido cuyo objetivo mediato o inmediato sea la autodeterminación de una parte del territorio español, amparando su credibilidad en la reclamación de prebendas o privilegios para una parte de España. No es ofensa a nadie, pues cada cual es libre de organizar su programa político sobre las premisas (democráticas) que quiera, pero ese no es tu proyecto, y por tanto partidos como CiU hacen bien en decir que no pactarán contigo porque el PP no puede pactar con ellos.La primera regla de la nueva política, la que será capaz de exigir de cada ciudadano el compromiso con su comunidad, pasa por no engañarlo; los acuerdos puntuales de un Gobierno en minoría demostrarán la buena fe política de quienes con él pacten y de ese modo también resultará fácil decidir quién es el responsable ante las urnas de lo no cumplido, de lo mal cumplido, de lo defraudado. Pero los pactos a priori y para todo son la mejor demostración de la falta de fe en el propio proyecto político, y el nuestro es potente, moderno, respetuoso con la dignidad de las personas, exigente con la responsabilidad de los capaces e igual para el conjunto de los españoles. Nadie da más. OTRO EJEMPLO AÚN más heroico: sé el primero en prescindir de lo que los medios de comunicación digan. Los opinadores, los periodistas, sus jefes son solo algunos votantes. El resto, la gran mayoría, está ansiosa de oír un corazón. Ya sabes lo que dicen del gallego al que se encuentra en la escalera. El votante, más que saber si subes o bajas, agradecerá infinito, estoy segura, que le digas quiénes son tus compañeros de viaje. Los de dentro, los de fuera, los del alma. Su libertad de decidir, el eje para cualquier liberal conservador, radica principalmente en eso. También, si me permites añadir la nota interesada, tu-nuestra victoria.

No hay comentarios: