miércoles, 16 de julio de 2008

Se hunde la economía del país?

Las noticias no dejan lugar a dudas, la época de crecimiento desbocado toca a su fin. Pero, pese a quien pese, no lo siento excesivamente. Lo triste es que en estas cosas, como en la mayoría, pagan justos por pecadores. Padres de familia sin empleo, jóvenes con el futuro incierto,... Si los sueldos en este país ya eran bajos, lo serán todavía más. Y nosotros, investigadores 'jóvenes' de pasado convulso, tendremos un futuro... ; no, no creo que tengamos ningún futuro. Aunque el gobierno acabe de decir que quiere potenciar la ciencia y aumentar el número de jóvenes que quieran dedicarse a investigar (se ve que las nuevas generaciones vienen aprendidas y prefieren picar piedra), cuando el dinero no sobra, y está claro que ni sobra ni sobrará en unos cuantos años, lo primero que se recorta es el gasto en ciencia. Total, nadie lo va a notar...

Pero, volviendo al asunto de esta disquicisión, a pesar de que la crisis nos va a pasar por encima (como una apisonadora) prefiero que acabe por fin esta etapa de crecimiento alocado y sobre todo vacío completamente de contenido. Todo indica que ha sido un crecimiento ficticio y que no va a dejar mucha huella en la estructura productiva del país. Las únicas empresas que parece que han crecido son las que eran monopolios estatales (Telefónica, Repsol,...) y los bancos. Y los bancos no sé si van a salir ilesos de la crisis. Pero, estas empresas grandes sólo ofrecen servicios con poco valor añadido. Teléfonica intentará forrarse con el teléfono de Apple y Repsol no sé, quizás pueda sacar tajada de la subida del petróleo...

Es decir, han sido unos años de economía desbordante y ¿qué hemos hecho?: ¿Crear escuelas y universidades para que nuestros jóvenes puedan crear empresas punteras?, ¿Dar créditos de riesgo a nuevas empresas biotecnológicas?,... No, se han dado créditos (no parecían de riesgo) para construir casas que ya no necesitamos o que los que realmente las necesitan no pueden comprar. Conclusión, hemos actuado como nuevos ricos (lo que éramos en realidad): necios y despilfarradores.

A pesar de todo, soy moderadamente optimista. Este país hoy no tiene nada que ver con aquél que me vió nacer. Y, en general, creo que es mucho mejor. Es un país abierto, dinámico, respetuoso con otras formas de vivir (recordemos que hace no demasiados años todos los que íbamos en el metro éramos iguales: bajitos, blancurrios, mal lavados, grises),... Sólo tengo una espina clavada en lo más hondo: la EDUCACIÓN. Por favor, que alguien lo remedie. Si no solucionamos la enseñanza (y que no me digan que va bien) esto no prosperará (si no es con otro burbujazo).

1 comentario:

koropangea dijo...

Estoy de acuerdo contigo, en que hay que potenciar la educación, pero sin dejar de lado otros sectores. Porque sino, el pais se puede convertir en un gran cento de parados, eso si, cualificados. Yo creo que el futuro esta en invertir en energias renovables y dejar de ser tan dependientes del petroleo. Con eso bajariamos la factura energetica que tanto esquilma las arcas del estado y de paso estaremos un paso adelante cuando se agote el petroleo, un saludo, me gusta tu blog.